2 de mayo de 2012

Cría cuervos y te sacarán los ojos

Me decís que no ves "entusiasmo", que no ves "actitud ganadora"; y yo quiero contestarte, tengo tantas ganas de contestarte. Pero, ¿cómo te digo, sin engendrar la tercera guerra mundial, que la última vez que fui entusiasta, que tuve actitud ganadora, que llegué a casa con intención de contarte la alegría de descubrir una faceta nueva de mi carrera, de mí misma, que adoro y redescrubro todo el tiempo, vos me contestaste...

"Y aprender esa pelotudez te tomó cuatro años"...?

Si yo abro la boca en este momento vamos a tener un cataclismo. Así que mejor te dejo hablar, quejarte, decepcionarte, frustrarte; como me quejo, me decepciono y me frustro yo a través de medios más catárticos y mucho más sutiles.

En síntesis, mejor te dejo hablar boludeces, porque hace casi veintidós años que te conozco y sé que lo que te entra por un oído te sale por el agujero del culo, y estoy repodrida de que te pedorres en mi cara con el control remoto en la mano como un cetro y dando órdenes y consejos desde la comodidad de tu sillón.

Algún día voy a aprender a esquivar los cuchillos de tus palabras. Mientras tanto me muerdo la lengua y me regodeo en el sabor amargo que me queda en la boca, sabor a sangre y a rencor.

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