Al final, todo se reduce a lo capaces - o incapaces que somos de dar, y de recibir.
El problema está en que una no siempre es consciente de sus capacidades; e incluso conocerlas no basta: también hay que saber aprehenderlas.
Así como nos aferramos a los sentimientos y a las cosas, que sea natural.
Que valga la pena.
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