12 de agosto de 2012

Ataduras

Soy de esos pájaros que, con los pies atados a la rama, es capaz de arrancar el árbol de raíz con tal de no resignar su libertad.

Pero mi determinación no cambia el amor que le tengo, y continuamente estoy buscando formas de hacerle saber que aunque mis objetivos hayan tomado una dirección distinta de la suya, nuestros pasos siguen llevándonos al mismo lugar.

Sé que en el fondo se entristece cuando cierro los ojos y me hago la sorda. Esos momentos hacen que sienta un dolor punzante en el centro mismo de mi humanidad.

Después me doy cuenta de que aunque esté volando lejos, el árbol sigue atado a mis pies. Y es un peso muy difícil de cargar.

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