23 de febrero de 2012

Una suerte de catarsis

Situación: yo estaba subida al escalador, sudando la gota gorda, y entra mi vieja a mi habitación con el teléfono en la mano. Lo pone en altavoz y me pide que escuche.

"Bienvenido al centro de ventas de DirecTV. Si usted es cliente, por favor, presione 1. Si usted no es cliente, por favor, presione 2."

Mi vieja presionó 2. 

"Gracias por comunicarse con el centro de atención al cliente de DirecTV, mi nombre es Gerardo, ¿en qué puedo ayudarle?"

Y entonces se desató la furia:

"Hola, Gerardo. Justo me atendiste vos, pero no es nada personal lo que te voy a decir... simplemente tenía ganas de mandar a alguien de DirecTV A LA CONCHA DE SU MADRE. Así que perdoname que te lo diga a vos, pero quisiera que te vayas A LA REPUTÍSIMA MADRE QUE TE PARIÓ."

Acto seguido, cortó.

Yo seguía en el escalador, pero me faltaba el aire de tanto reírme. Mi vieja me miró con una sonrisa en la cara y antes de volver a la cocina me dijo: 

"Ahora me siento mejor."

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